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Celebración de la ‘I Escuela de Niñas y Escuela de Madres: Mi voz tiene poder’ por CERMI Mujeres en Madrid

  • Desde CERMI Navarra-Nafarroa acudió madre e hija de la Asociación Eunate

La I Edición de la Escuela de Niñas y Escuela de Madres “Mi voz tiene poder”, organizada por la Fundación CERMI Mujeres (FCM), ha estado dedicada a la prevención de la violencia y la discriminación contra niñas, adolescentes y mujeres con discapacidad, así como a la promoción del empoderamiento personal y colectivo.

La jornada, desarrollada con el acompañamiento del equipo humano y voluntario de la Fundación CERMI Mujeres, ha contado con la colaboración de organizaciones expertas en infancia, igualdad y derechos humanos como Save the Children, la Asociación ALANNA, Plataforma de Infancia y el Club de Malasmadres, además de las madres y niñas participantes procedentes de distintos territorios de España.

La I Escuela de Niñas y Escuela de Madres ha reunido a doce niñas y adolescentes con discapacidad de Galicia, Castilla y León, Madrid, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Andalucía, Navarra, junto a quince madres.

Con esta iniciativa, la Fundación CERMI Mujeres reafirma su compromiso con la defensa de los derechos humanos, la igualdad y la participación activa de las niñas y mujeres con discapacidad, situando sus voces en el centro de las políticas públicas y del cambio social hacia una sociedad más justa, inclusiva y libre de violencias.

El acto de clausura ha concluido con una Declaración, donde las niñas y adolescentes con discapacidad han expresado su alegría por los avances en el reconocimiento de sus derechos en la Constitución Española, pero también su preocupación por las desigualdades y vulneraciones que todavía persisten. Han recordado que muchas niñas con discapacidad siguen sintiéndose solas, enfrentan situaciones de violencia o acoso, y que algunas continúan viviendo en instituciones, lejos de sus familias. Por ello, han reclamado el cumplimiento de sus derechos fundamentales: vivir con sus familias y recibir los apoyos necesarios para su crianza, disfrutar de una vida libre de violencia y con respeto a su cuerpo y su salud, acceder a una educación inclusiva con apoyos individualizados, contar con atención psicológica frente a la soledad y la discriminación, y ser escuchadas y consultadas en todas las decisiones que les afecten.

Fuente: CERMI