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Ana Zabalza y María José Irigoyen

Cultura al alcance de todos

Que la cultura debe ser un bien al alcance de todos es una cuestión innegable. La música, el arte, el teatro o el cine, por mencionar solo algunas de sus manifestaciones, son prácticas que ayudan en la construcción y evolución de una sociedad, de la misma manera que lo hace la educación. No obstante, todavía existen obstáculos considerables que suponen barreras de acceso para ciertas personas, como las que tienen alguna discapacidad. Por ello, cada día, agentes inmersos en el mundo cultural buscan soluciones para superar dichos obstáculos. Este fue el caso del Festival de Teatro Clásico de Olite, celebrado entre los días 22 de julio y 6 de agosto, en el que algunas personas con discapacidad, gracias a la colaboración de Cermin, pudieron disfrutar de diferentes representaciones en igualdad de condiciones que el resto de asistentes. Ana Zabalza, de ONCE, y Mari Jose Irigoyen, de Eunate, fueron unas de estas personas que se acercaron hasta la localidad navarra para disfrutar del mejor teatro en directo como cualquier otro ciudadano.

Este es el segundo año consecutivo en el que la dirección general de Cultura del Gobierno de Navarra se ha puesto en contacto con Cermin (Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad en Navarra) para que esta entidad actúe como interlocutora para la gestión de 20 entradas para Olite a precio reducido entre sus socios y socias, una iniciativa que garantiza el derecho de estas personas a tener un acceso a la cultura como cualquier otro ciudadano. Tanto para Ana Zabalza como para Mari Jose Irigoyen, poder disfrutar del teatro en igualdad de condiciones que el resto de ciudadanos y ciudadanas supone todo un avance muy positivo, ya que consideran que poco a poco se diluyen las barreras de comunicación y se favorece su participación en actividades culturales y en la sociedad en general.

“Fíjate qué cosa más tonta, pero para mí, el hecho de poder reírme al mismo tiempo que el resto de personas cuando se hace un chiste más gestual que hablado, supone algo maravilloso”, destaca Ana Zabalza, de 26 años y de Arre, quien pudo disfrutar de la obra Trabajos de Amor Perdidos, de William Shakespeare, gracias a un audio-descriptor. Por su parte, Mari Jose Irigoyen, pamplonesa de 45 años, tuvo la oportunidad de disponer de un bucle magnético, con el que oía desde más cerca y se facilitaba la claridad de los diálogos. Así, señaló que “el hecho de poder seguir las canciones, que no se suelen subtitular, y poder entender el texto sin distracciones de ningún otro sonido, es un gran avance que facilita mucho el hecho de poder disfrutar de una obra igual que el resto de personas”.

Barrera social

“Si una función no está adaptada, no puedes verla con los amigos”

Zabalza e Irigoyen lamentan que, en muchas ocasiones, no pueden disfrutar de una obra de teatro u otra actividad cultural porque no están adaptadas para sus respectivas discapacidades, algo que, según admiten, no les permite disfrutar del tiempo de ocio junto a sus amigos. “Es una pena ver que, en ocasiones, hay una función que te apetece mucho ver con los amigos pero a la que no puedes ir porque sabes que no te vas a enterar de nada”, subraya Irigoyen, para quien “la entrada del bucle en cada vez más espectáculos” le permite “disfrutar de estos actos que estás deseando ver junto a otras personas, sin molestarles y comprendiendo todo de la misma manera que ellos”. Por su parte, Zabalza destaca que para ella, una parte fundamental de las artes escénicas es la “gestualidad”, algo que sin los audio-descriptores le resulta imposible de captar. “No me gusta ir a una obra de teatro y tener que preguntar, constantemente, qué es lo que está ocurriendo sobre el escenario, dice. Hay veces que me pueden ir narrando lo que ocurre, pero en otras ocasiones la acción pasa tan rápido que no da tiempo, y así te pierdes prácticamente la mitad de la función”.

Por ello, hacen un llamamiento a que se extienda el número de espectáculos adaptados para las diferentes discapacidades, ya que consideran que en la medida en la que se les excluye “de participar en actividades culturales”, se les excluye también “de la sociedad”. “La adaptación de los espectáculos culturales es relativamente fácil”, sostiene Zabalza, y agrega que “hace falta más voluntad para que cada vez se pongan más facilidades para que todos y todas podamos disfrutar en igualdad de condiciones de obras de teatro, musicales, películas u otras actividades”. Por otro lado, admiten que cada vez encuentran más espacios en los que la organización se preocupa por dar respuesta a estas barreras, como es el caso del festival Flamenco on Fire, que se celebra desde el pasado miércoles en la capital navarra y que ha hecho accesibles algunas de sus conferencias. “En mi caso, cada vez encuentro más lugares donde puedo solicitar un bucle, lo que me parece una iniciativa muy buena y necesaria”, destaca Irigoyen, para quien, no obstante, “todavía queda mucho por hacer”. Zabalza añade que “el cine es el medio que más se adapta a la discapacidad visual, aunque poco a poco va habiendo más espectáculos que se suman a estos avances”.

Participación activa

Amantes del teatro y actrices sobre el escenario

Ana Zabalza y Mari Jose Irigoyen no son solamente dos amantes de las artes escénicas. También lo practican, y lo hacen siempre con “ganas y emoción”. Según opinan, “la discapacidad no supone un problema a la hora de subirte a un escenario”, porque si bien admiten que tienen que trabajar más que otros compañeros, el esfuerzo “compensa”. “A la hora de hacer arte te encuentras con todo tipo de situaciones, pero si tienes la suerte de tener unos compañeros que te dan la confianza que tú necesitas, adelante”, comenta Zabalza, quien anima a todas las personas con discapacidad y que quieran disfrutar de las artes escénicas desde dentro a que den el paso, porque “es posible y muy satisfactorio”.

En corto

Teatro accesible. Cermin destaca que la importancia de que existan obras de teatro accesibles reside en que las personas con discapacidad puedan disfrutar del teatro en igualdad de condiciones que el resto de ciudadanos y ciudadanas, contribuyendo así a la supresión de las barreras de comunicación.

Tres obras. En el Festival de Olite, las personas con discapacidad pudieron disfrutar de las obras Ricardo III, Trabajos de Amor Perdidos y Los chismes del Quijote y su amigote.

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Diario de Noticias, 28 de agosto de 2016.