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El movimiento CERMI reclama a las administraciones educativas que no ignoren las necesidades del alumnado con discapacidad en la vuelta a las aulas

El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) ha reclamado a las administraciones educativas que no ignoren las necesidades específicas del alumnado con discapacidad en la vuelta a las aulas, tras la compleja situación que se ha vivido en el último trimestre del pasado curso académico por el cierre presencial de los centros educativos a consecuencia de la pandemia de COVID-19.

Para ello, la Comisión de Educación Inclusiva del CERMI ha elaborado un documento en el que denuncia las principales carencias que ha sufrido el estudiantado con discapacidad en los últimos meses con la enseñanza a distancia, al tiempo que formula una serie de propuestas para que se corrija esta situación en el nuevo curso, teniendo en cuenta los tres escenarios que pueden darse en función de la evolución de la pandemia: presencial, a distancia o semipresencial, es decir, combinando ambas fórmulas.

Entre las dificultades que se han afrontado, el CERMI lamenta las carencias organizativas y metodológicas, dado que no ha habido clase a diario; no se ha podido garantizar que existan espacios de consulta constante con el profesorado; el alumnado con discapacidad no ha podido tener acceso a sus materiales de apoyo habituales, y no se han tenido en cuenta las adaptaciones curriculares con la consiguiente sobrecarga para las familias, sin tener en cuenta, además, la peculiaridad de las mismas y su nivel de comprensión.

La entidad también critica la disminución en los apoyos personales, como intérpretes de lengua de signos, mediadores comunicativos, fisioterapeutas, etc. Asimismo, censura que en ocasiones el personal de apoyo docente haya sustituido la figura del profesorado común al resto del alumnado y que se hayan visto mermado los apoyos psicológicos y emocionales en los casos en que eran precisos, lo que ha afectado tanto a la salud mental del alumnado con discapacidad como a su estado físico.

FALTA DE ACCESIBILIDAD

Otro apartado por el que la plataforma representativa de la discapacidad en España expresa su preocupación es por la falta de accesibilidad de los contenidos, vías de comunicación, dispositivos tecnológicos y métodos de evaluación.

De igual modo, alerta de mayores dificultades para detectar situaciones de violencia y acoso en el hogar, así como de la falta de planes específicos de lucha contra el ciberacoso que tengan en cuenta las necesidades específicas de menores y jóvenes con discapacidad.

Avisa también de la mayor situación de vulnerabilidad sociofamiliar del estudiantado con discapacidad, como consecuencia de las dificultades de las familias para apoyar en casa al alumno; falta de recursos tecnológicos; problemas para acceder al material especializado; ausencia de apoyo emocional a familias, que han soportado una gran responsabilidad delegada en ellas; problemas de conciliación, e imposibilidad de hacer que se sigan rutinas terapéuticas necesarias para el correcto desarrollo del estudiante con discapacidad. Esta situación ha sido mucho más complicada en el caso de las madres y cuidadoras, ya que suelen ser las que soportan el grueso de las responsabilidades familiares y educativas.

Otras cuestiones que el CERMI critica son las menores posibilidades de participar en las actividades online propuestas al conjunto de estudiantes durante los últimos meses del curso; graves carencias en los casos excepcionales en los que algunos estudiantes han tenido que ir a su centro de forma presencial; la falta de coordinación entre Ministerio de Educación y comunidades autónomas; la respuesta desigual de los diferentes centros, y la carencia de comunicación con las entidades del sector de la discapacidad para poder implementar medidas que paliaran en lo posible la situación que ha vivido el alumnado con necesidades educativas especiales.

PROPUESTAS

Ante esta situación, el CERMI reclama que se tengan en cuenta los problemas que se han vivido y se prevean modos de solventarlas en los tres escenarios que pueden darse a partir de septiembre.

Para ello, pide que a comienzos del curso académico se realice una evaluación de la situación de cada estudiante con discapacidad y que se atiendan los efectos perniciosos que hayan podido producirse en los últimos meses de forma multidisciplinar (profesorado ordinario y personal especializado), atendiendo también a las familias. Igualmente, plantea que, siempre que la familia esté de acuerdo, en un escenario de enseñanza semipresencial, se prime la asistencia física de los menores con discapacidad.

Además, tanto en este caso como en un hipotético nuevo cierre total de los centros, urge a garantizar el uso de dispositivos tecnológicos accesibles, incluyendo la creación de bancos de préstamos; asegurar la accesibilidad de los canales, materiales y métodos de evaluación; impulsar actividades de ocio online que favorezcan la interacción del alumnado con discapacidad con el resto de estudiantes, y luchar contra la soledad y el aislamiento agravado por la distancia física.

Mayor coordinación

El CERMI también insta a crear un cuerpo de profesores itinerantes para que ayuden presencialmente al alumnado con discapacidad que lo precise en su hogar y reforzar la coordinación entre profesorado, personal de apoyo, estudiante y familia.

La sustitución inmediata del profesorado en caso de ausencia; mantener la implicación del profesorado ordinario, sin que supla su papel el personal especializado de apoyo; ofrecer en formatos accesibles y comprensibles la información de lucha contra la pandemia y para evitar contagio de COVID-19; dar continuidad a la atención individualizada, ya sea en enseñanza presencial u online, y atender las necesidades emocionales y de salud mental del alumnado y familias son otras demandas de la entidad.

En materia de violencia, solicita reforzar los programas contra el acoso escolar; tener en cuenta la situación de mayor vulnerabilidad de las niñas y adolescentes; impulsar planes de lucha contra el suicidio; fortalecer las acciones para detectar y sensibilizar acerca de casos de violencia y abusos, ya sea en el entorno escolar, familiar y otros.

Por último, pide la publicación de guías para la atención a familias en situación de vulnerabilidad, así como planes de apoyo para el alumnado con discapacidad en todo el territorio español, teniendo en cuenta la coordinación entre Estado, comunidades autónomas, profesorado, familias, alumnado y organizaciones de la discapacidad.

Fuente: CERMI