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Los centros de día rurales, asignatura pendiente de la salud mental navarra

 

El centro de día constituye «un gran balón de oxígeno» para el cuidador y para el enfermo, ha asegurado Lorea, psicóloga de AFAN

La apertura de centros de día para personas con demencia en zonas rurales es una de las asignaturas pendientes del sistema de atención a la salud mental de Navarra, ha comentado Idoia Lorea, psicóloga de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (AFAN).

El centro de día constituye «un gran balón de oxígeno» tanto para el cuidador como para el enfermo, ha asegurado Lorea, que ha considerado que la Administración debe apostar claramente por este tipo de centros.

En España, aproximadamente el 7% de los mayores de 65 años y el 50% de los mayores de 85 pueden sufrir algún tipo de demencia y, dentro de este grupo de enfermedades, el alzheimer es la más prevalente, ha explicado Lorea, que ha impartido un curso de atención a personas con demencia en el domicilio, clausurado hoy en Pamplona.

El alzheimer es una enfermedad que cada vez se diagnostica más tempranamente y, así, de los 9.000 a 10.000 afectados que se calcula que hay en Navarra, un 10% tienen menos de 65 años, muchos de ellos con edades que van de los 50 a los 55 años.

«Si ya de por sí ésta es una enfermedad cruel, en esa situación aún lo es más. Hay que tener en cuenta que muchos de ellos están activos laboralmente, con una vida familiar no encarrilada en muchos casos, con hijos adolescentes, universitarios. Si siempre nos viene mal esta enfermedad en la familia, en esas circunstancias aún lo es más», ha destacado la psicóloga.

En el cuidado del enfermo con demencia, ha apuntado Lorea, es fundamental el papel del cuidador, que siempre «ve mermadas sus fuerzas físicas y psíquicas», pero que, «si no toma conciencia de la importancia de cuidarse», puede acabar padeciendo cuadros ansioso depresivos.

Por ello, es importante que el cuidador tenga un «espacio personal», en el que pueda hacer actividades que le distraigan o que le ayuden a recuperarse del cansancio de atender al enfermo, que haga regularmente ejercicio físico, que socialice, que no se aisle, y procure tener un patrón de sueño y de alimentación correcto.

Para que el cuidador pueda disponer de ese «espacio personal», es clave la existencia de centros de día en los que se atienda al enfermo con demencia durante unas horas.

En Navarra, ha indicado Lorea, la oferta no es mala, «pero no deja de ser insuficiente». En Pamplona «existen centros de día, que están prácticamente al cien por cien y con lista de espera, pero sobre todo donde peor estamos es en las zonas rurales. Ahí sí que hay un desamparo en recursos».

La segunda herramienta fundamental de apoyo a los enfermos y sus familias es la figura del profesional de la atención domiciliaria, que ha sido objeto de un curso de formación organizado por AFAN y la Fundación Gaztelan.

En este curso, de ochenta horas de duración, se ha dado formación a 15 personas, 11 de ellas mujeres, usuarias del Equipo de Inserción Sociolaboral (EISOL) y del Servicio Municipal de Intermediación Laboral (SMIL) del Área de Bienestar Social e Igualdad.

El objetivo, ha afirmado Lorea, ha sido realizar «una inmersión rápida pero profunda en diversos aspectos de la demencia, sobre todo la del alzheimer».

Así, en el curso se han tratado aspectos como la comunicación con el enfermo y la familia, la estimulación, las diferentes alteraciones del comportamiento y del pensamiento que pueden cursar con la enfermedad, pautas de manejo, cuidados básicos de enfermería y la importancia del «cuidado del cuidador» familiar y profesional.

En ese sentido, Lorea ha resaltado que la metodología del curso ha sido muy práctica: «Quería que saliesen con herramientas, que, cuando sean contratados, tengan la sensación de controlar, de saber qué hacer con ese enfermo, cómo cuidarlo, cómo comprenderlo y cómo ayudar a la familia, que tan desbordada se está viendo».

Además, ha señalado Victoria Erice, trabajadora social de AFAN, la situación se ha agravado con el «recorte de prestaciones», que ha llevado a que las familias deban optar entre la ayuda para centros de día o para la atención domiciliaria, que antes eran compatibles.

«La idea de la Ley de Dependencia con una cartera de servicios se está reduciendo cada vez más a lo que es la ayuda económica y cada vez la ayuda económica es menor», ha aseverado Erice, que ha manifestado que «se han dado algunos casos de familias que, por la crisis, están sacando a los enfermos de las residencias».

También ha censurado que en Navarra no existan protocolos de detección precoz del alzheimer, ni para la atención a este tipo de enfermos durante su traslado en ambulancia, ya que no se permite que un familiar les acompañe, ni para los servicios de urgencias, porque «es muy complicado explicarle a una persona con alzheimer que tiene que estar cinco horas sentado en una silla».

«Hay muchos terrenos en los que todavía no se le ha hincado el diente» a esta enfermedad, ha aseverado Erice, que ha abogado por ir trabajando en protocolos de atención que faciliten «el día a día» de estos pacientes y sus familias.

Diario de Navarra, lunes 20 de octubre.