Blanca Idoate se ha ido. Y se ha ido como ha vivido, serena y tranquilamente. Hablar de Blanca doate es hablar de un referente del movimiento asociativo de la discapacidad de Navarra.
Cuando hay que escribir sobre una persona con la que has compartido muchas batallas, muchos proyectos, muchas ilusiones porque nos ha dejado, es muy difícil ordenar las ideas para trasmitir el impacto que conocerla ha supuesto para ti. Porque no hay palabras suficientes que recojan los sentimientos que tienes en ese momento.
Hace 21 años conocí a Blanca en un momento difícil de mi vida, el diagnostico de discapacidad de mi hija pequeña. Ella me abrió las puertas de su casa como lo ha hecho con innumerables personas tanto de Navarra como de fuera de nuestra comunidad para participarnos lo que ella había vivido en primera persona. Siempre estaba dispuesta a atender a quien necesitara unas palabras de consuelo, un oído que escuchara sus preocupaciones y angustias y trasmitía serenidad. Y desde entonces hemos trabajado juntas como un tándem que se complementa.
Ha sido una luchadora incansable por los derechos de todas las personas sordas y de sus familias.
Fundadora de la Coordinadora de Sordos y de la Asociación Eunate de familias de personas con discapacidad auditiva de Navarra, muchos de nosotros le debemos a su ímpetu y compromiso la militancia en el movimiento asociativo. Ejemplo de tesón a la hora de batallar por conseguir que nuestro colectivo este incluido en la sociedad y que las familias tengan su espacio en la lucha por la defensa de los derechos de sus hijos con discapacidad. Y lo ha conseguido.
Firme convencida de que la unidad nos da más fuerza y argumentos para defender nuestros derechos, participo con el movimiento asociativo de la discapacidad para fundar el Cormin (hoy CERMIN) y formo parte durante dos legislaturas de su Junta. Por su experiencia en el campo educativo ha sido la representante del CERMIN en el Consejo Escolar de Navarra.
Muchas han sido las personas que nos han mandado palabras de consuelo que comparto con vosotros : “una gran persona, una gran mujer, gran compañera y una gran madre, se ha ido una GRANDE, lucida, con ganas e ilusión, tuvimos la gran suerte de conocerte, ha dejado huella en el mundo y en todos nosotros y por tanto de que seguirá viva en nuestra memoria y en su legado, seguiremos recordando tus aportaciones y construyendo en base al aprendizaje que generosamente nos has trasmitido, por su fuerza, su tesón y ganas la recordare siempre”. Esto demuestra que Blanca ha dejado huella en mucha gente.
Su partida nos deja una terrible herida pero esta se irá atenuando con su legado, con el recuerdo de los momentos vividos juntas, con la admiración por lo logrado, por el trabajo desinteresado, por la tenacidad que me ha inculcado y con el recuerdo de tu generosidad infinita.
Muchas personas, yo entre ellas, te vamos a echar de mucho de menos.
Escrito por: Mariluz Sanz, presidenta de CERMIN