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El 85% de las personas con trastorno mental grave no tiene trabajo

La esquizofrenia afecta en España al 1 por ciento y suele aparecer en edades jóvenes

El 85 por ciento de las personas con trastorno mental grave no tienen trabajo y el 65 por ciento ni siquiera está buscando un empleo, según los datos que ha proporcionado la presidenta de FEAFES Empleo, la sección de empleo de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Enfermos Mentales, Maribel Rodríguez, durante la presentación del documental ‘#Di_capacitados’ y con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebrará el 10 de octubre.

Además, desde que comienza la enfermedad, con el primer brote, hasta que retoman la búsqueda de empleo transcurre una media de ocho años, algo que hace que la persona quede «desfasada» en el ámbito laboral, según ha explicado Rodríguez. Una de las posibles causas es que los profesionales y los allegados de los pacientes con enfermedad mental se centran en «la parte sanitaria, en que la persona mejore y que esté bien, y se conforman con eso», ha señalado.

Por ello, el documental ‘#Di_capacitados’, en el que ha colaborado la compañía Janssen, se centra en la historia de 14 pacientes con esquizofrenia que han podido recuperar su vida y conviven con su enfermedad, a pesar del estigma que pervive en la sociedad sobre esta enfermedad. El jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal, el doctor Jerónimo Saiz, ha destacado que la obra es «muy ilustrativa» para cambiar el concepto de la enfermedad mental y alimenta las esperanzas de que los pacientes pueden tener un funcionamiento normal en los ámbitos familiar, laboral y social. El documental se ha estrenado este martes en Madrid en los Cines Palafox y también se podrá ver en las sedes de diversas asociaciones regionales de pacientes.

Por su parte, el director general de Coordinación de la Atención al Ciudadano y Humanización de la Asistencia Sanitaria de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Julio Zarco, ha afirmado que siguen existiendo «cadenas intangibles» que obstaculizan a los pacientes con trastornos mentales graves desenvolverse con normalidad en la sociedad. «Hay un triángulo formado por los profesionales sanitarios, los medios de comunicación y las administraciones muy importante para concienciar sobre este tema, y también es esencial educar desde que se es pequeño, ya que hay que trabajar en los arquetipos y los prejuicios», ha señalado.

Saiz ha afirmado que la esquizofrenia es «el paradigma de la enfermedad mental». En España afecta al 1 por ciento de la población y suele aparecer en edades jóvenes, entre los 15 y los 30 años. Antes de la aparición del primer brote es muy difícil de diagnosticar, ya que sus primeros síntomas son poco específicos.

EL ESTIGMA SIGUE PRESENTE

El doctor Saiz ha señalado que, además de las dificultades que encuentran los pacientes para convivir con los síntomas de la enfermedad, también tienen que luchar contra el estigma social que supone padecer esquizofrenia. «El estigma no tiene sustento en la realidad. El estigma que rodea a la enfermedad mental grave es que no se cura, que el paciente es violento, unos estigmas que se alejan por completo de la realidad», ha explicado.

Rodríguez también ha añadido que en la búsqueda de trabajo el estigma también se refiere a la posible incapacidad de llevar a cabo ciertas tareas por parte de los pacientes. Por ejemplo, alguna gente cree que por tener una enfermedad mental existen discapacidades cognitivas, son más torpes, tienen dificultades para mantener la atención o solo pueden realizar trabajos muy sencillos.

El director institucional de Relaciones Institucionales de Janssen, Ramón Frexes, ha insistido en esta idea y ha afirmado que las personas con trastornos mentales «pueden integrarse en la sociedad igual que otras personas con otras enfermedades, como la diabetes».

UNA ENFERMEDAD CON MUCHAS Y DIFERENTES CAUSAS

La aparición de la esquizofrenia está ligada al neurodesarrollo, y puede estar propiciada por factores de riesgo genéticos, durante el embarazo, nutricionales, tóxicos, por el estrés, el maltrato o por algunas infecciones. «Se saben más cosas de la esquizofrenia, pero es un puzzle difícil de armar», ha explicado el jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital Psiquiátrico Rodríguez Lafora, el doctor Fernando Cañas.

Sus principales síntomas son las alucinaciones, los delirios, la hostilidad, el aplanamiento, la falta de motivación, el aislamiento social, la depresión, la ansiedad y la ideación suicida, aunque puede haber signos previos, llamados prodrómicos, sobre los que todavía se está llegando a un consenso. El jefe de servicio de Psiquiatría del Hospital de Meixoeiro de Vigo, José Manuel Olivares, ha explicado que, aunque estos síntomas son comunes con otras patologías, «la clave de la esquizofrenia es que se produce un deterioro global de la persona y una disgregación en su visión de sí misma y de su entorno».

Por otro lado, «no hay ningún modo objetivo de diagnosticar la esquizofrenia», ha señalado Cañas, sino que se basa en un nivel de certeza más o menos mayor que establece el propio psiquiatra. Aún así, los especialistas han destacado el papel clave de la aplicación temprana de un tratamiento para evitar recaídas. «Si se coge a una persona cuando lleva poco tiempo con una esquizofrenia activa, se la comienza a tratar y se consigue que no vuelva a recaer, esa persona tiene muchísimas posibilidades de llevar una vida plena», ha asegurado Olivares.

Diario de Navarra, lunes 5 de octubre de 2015.