Estella acoge la primera escultura homenaje de navarra a quienes dan sus órganos
Los transeúntes que pasean por el parque de Los Llanos ven en una de sus entradas un corazón de 4.500 kilos realizado en acero corten. Se trata de una escultura de más de seis metros que es todo un símbolo de agradecimiento, el que sienten las personas que reciben órganos y gracias a los cuales pueden seguir viviendo con total normalidad.
Ese corazón es fruto del incansable esfuerzo de una vecina de Estella oriunda de Artajona, Jerusalén Lorea, que es la promotora de este monumento. Lorea fue trasplantada de riñón hace diez años y ahora con esta escultura desea agradecer a los donantes su generosidad, a la vez que concienciar sobre la importancia de donar órganos. “Hace ocho años cuando ya llevaba dos trasplantada de riñón, me encontraba tan bien y tan agradecida por todo lo que el transplante conlleva, como poder seguir viviendo con la libertad que te da el abandonar la diálisis, que sentí la necesidad de hacer algo a la generosidad de los donantes”, explicó ayer durante el acto de inauguración de la escultura. Así que se puso en contacto a través de su cuñado Óscar Esteban con el escultor Daniel Resano, que es el artífice de esta obra de arte.
Ella asegura que encontró todo el apoyo del Ayuntamiento de Estella-Lizarra y también de la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades Renales (Alcer) en Navarra. “Ambos creyeron y apoyaron el proyecto ayudándonos en lo que pudieron. Así como Esteban Aramendía, gran colaborador y ahora estupendo amigo, pero claro nos hacía falta mucho dinero y la crisis estaba comenzando”.
Así las cosas, llegó el momento de buscar fondos para cubrir el presupuesto de 12.500 euros. Entonces Lorea encontró muchos apoyos y organizó actividades como sorteos o incluso un concurso de recortadores, entre otras.
Lorea emocionó a los presentes cuando explicó lo que supone recibir un órgano. “Ver crecer a nuestros hijos, volver a tener proyectos y una vida llena de acontecimientos con nuestras parejas, amigos y familias”, indicó y se dirigió a los donantes. “Gracias a vuestro altruismo y generosidad. Siempre estaréis en nuestro recuerdo y en nuestro corazón”, explicó. Lorea agradeció a las familias de los donantes que dieran el visto bueno a la donación y también a la suya, encabezada por su marido Javier Urra y sus hijos, Iosu y Amaya, por su apoyo.
Precisamente tras sus palabras, sus hijos se saltaron el guion e intervinieron para dedicarle por sorpresa unas emotivas palabras en las que recordaron cómo recibieron la noticia de que había un riñón para su madre. “Estábamos todos juntos, como siempre, y te llamaron, pero al final ese riñón no pudo ser. A la segunda no nos ilusionamos tanto por si volvía a ocurrir lo mismo, pero en unas horas estabas trasplantada”, recordó su hijo. Además, la familia le hizo entrega de una réplica más pequeña de la escultura.
El artista, Daniel Resano, explicó la simbología de esta obra que está formada por dos partes. Una de ellas, la de atrás, es como una cuartilla de papel de la que sale la segunda parte, el corazón. “La primera representa al donante y la segunda al donado”.
El coordinador de transplantes de Navarra, Javier Aldabe, explicó que hay tres premisas que marcan la donación. “Es universal, altruista y anónima” y dio datos muy interesantes de la Comunidad Foral. “Este septiembre se ha llegado a la donación de riñón número 1.000, en la de hígado vamos por la 500 y 250 de corazón”.
Entre muchos Manuel Arellano, presidente de Alcer, destacó la implicación necesaria de tantas personas para que el monumento sea una realidad. Él explicó que a la hora de hacer un trasplante se involucran más de un centenar de personas y señaló que un único donante “puede dar hasta siete vidas”. Arellano también remarcó la importancia de sensibilizar sobre la donación en vida y recordó que hoy hay un concierto en el Baluarte a las 20.00 horas como homenaje a los donantes vivos.
El concejal, Regino Etxabe, puso el énfasis en la relevancia de la concienciación sobre la donación. Por su parte, el vicepresidente de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, Miguel Laparra, destacó que la donación representa la mayoría de los valores de la humanidad y recordó que ahora hay en Navarra 66 personas esperando un órgano.
Por último, la presidenta del Parlamento, Ainhoa Aznárez, añadió que es necesario que desde el ámbito educativo se incida en este aspecto que para ella es un “acto de generosidad que se convierte en felicidad”.
El acto terminó con un aurresku bailado por Uxue y Ekiotz Arbe y tocado por Iranzu Gutiérrez y con el descubrimiento de una placa. En él estuvieron donantes y donados, la parlamentaria de Geroa Bai, Isabel Aramburu, y ediles de Estella de todos los grupos.